La comunidad de La Estrella, en el norte de Salta, amaneció bajo el agua este martes tras la crecida del río Pilcomayo, que desbordó en la madrugada y arrasó con todo a su paso. Las aguas ingresaron a las viviendas alrededor de las 3:30, destruyendo bienes materiales y dejando a cientos de personas sin hogar. La escuela pública local también quedó completamente inundada, agravando la situación de las familias afectadas.
A pesar de los esfuerzos por contener la inundación mediante anillos de defensa y trabajos de maquinaria vial, la fuerza del Pilcomayo superó todas las barreras. Los pobladores, en su mayoría de las comunidades originarias chorote y wichí, además de criollos, se vieron obligados a autoevacuarse en medio de la desesperación, intentando rescatar freezers, heladeras y otros objetos de valor antes de que el agua se los llevara.
La escena en La Estrella es de angustia y desesperanza, con familias enteras buscando ponerse a salvo mientras el agua sigue avanzando. Según estimaciones, al menos 40 familias, incluyendo unos 150 niños, están afectadas en esta comunidad. En el paraje La Gracia y otras zonas cercanas, la situación es igualmente crítica.
La Ruta 54, una de las principales vías de acceso a la región, ya está cortada debido al ingreso del río Pilcomayo, lo que dificulta la llegada de ayuda humanitaria y complica las tareas de evacuación. La falta de infraestructura adecuada y la vulnerabilidad de estas comunidades frente a fenómenos naturales extremos han agravado la crisis.
Esta tragedia pone en evidencia la necesidad de soluciones estructurales que prevengan desastres de esta magnitud. Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan el desafío de encontrar refugio y asistencia en una zona donde los recursos son escasos y la ayuda tarda en llegar. La crecida del Pilcomayo no solo ha dejado pérdidas materiales, sino también un profundo impacto humano en las comunidades del norte salteño.