El cáncer bucal es una enfermedad que puede detectar un odontólogo con un análisis de rutina y que en sus primeros estadios es asintomática, no presenta dolor y por lo general se manifiesta con la aparición de manchas blancas, marrones o negras que no se desprenden al pasar una gasa.
Además, puede ser detectado por lastimaduras que no cicatrizan en dos semanas; lesiones rojas, sangrantes, que pueden o no doler; crecimientos localizados en cualquier parte de la boca; y movilidad o pérdida de un diente sin causa aparente.
También, sensación de adormecimiento, anestesia en algún lugar de la boca; aparición en forma repentina, de un ganglio indoloro en el cuello; desadaptación de prótesis dentales; y alteración de la movilidad de la lengua.
Algunos factores de riesgo son el tabaquismo, alcoholismo, trauma crónico, exposición al sol y el virus del Papiloma Humano (VPH).