Graciela Ferreira, vecina del Bº Congreso Nacional (Cerrillos) continúa cosechando enormes coreanitos del fondo de su casa, donde también cultiva porotos, calabazas criollas, morrones, puerro y plantas aromáticas. “Se está acabando la producción que viene del verano y ya preparé la tierra para comenzar a sembrar las semillas de temporada. Se pueden cultivar los propios alimentos en casa, si bien no es todo lo que uno necesita, la verdad es que ayuda bastante a la economía familiar”.
Los precios exorbitantes y la mala calidad de las verduras y hortalizas que se ofrecen en el mercado, son razones suficientes para optar por armar una huerta en el patio, en cajones o macetas. Esta opción es suficiente para autoabastecerse. Estos alimentos aportan, además, una nutrición más variada y rica en sabores.
Desde el INTA señalan que las hortalizas apropiadas para sembrar durante la temporada otoño-invierno, como la acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, arveja, cebolla y cebolla de verdeo. También cilantro, espinaca, habas, hinojo, lechuga, perejil, puerro, rabanito, remolacha, rúcula y zanahoria.
Sólo hace falta un pequeño esfuerzo
Los especialistas aseguran que proveerse de los principales productos es posible en un departamento o en una casa con terreno pequeño. Se trata de una actividad que no solo colabora con la economía familiar, sino que también ayuda a tener una alimentación sana, libre de agroquímicos.
Para preparar una maceta para cultivo, las proporciones perfectas de suelo se dan mezclando por ejemplo dos medidas de tierra negra, con una de tierra común y media de arena fina.
Una vez que se tiene la mezcla se la coloca en una maceta o en un cajón y se esparcen las semillas tapándolas apenas con la tierra, tipo almácigo.
Por ejemplo, de un sobrecito de semillas de lechugas que se encuentran en los comercios, salen por lo menos 200 plantas. Es decir que rinde muy bien para un consumo familiar.
En cuanto al riego, debe realizarse al menos dos veces por semana. Hay que controlar que mantenga bien la humedad, no barroso ni seco. Esto es fundamental. La humedad puede percibirse fácilmente al tacto.
Las hortalizas del huerto ecológico, por su alto contenido de vitaminas y minerales, fortalecen el organismo de la persona, haciéndola más resistente a enfermedades e infecciones.