A pesar de los anuncios oficiales sobre el avance en infraestructura energética, el gas de Vaca Muerta aún no abastece con regularidad a Salta y otras provincias del NOA. El invierno arrancó con fuertes heladas y un escenario de vulnerabilidad energética, que obligó a retomar importaciones desde Bolivia para evitar cortes en el suministro.
Las obras de reversión del Gasoducto Norte fueron inauguradas en noviembre del año pasado, con la promesa de llevar el gas de Vaca Muerta al norte del país. Sin embargo, las limitaciones en plantas compresoras y cuellos de botella impiden que el caudal necesario llegue, y las provincias siguen operando bajo riesgo de desabastecimiento.
Fuentes del sector energético indicaron que la demanda proyectada ronda los 22 millones de metros cúbicos diarios, mientras que la capacidad actual del gasoducto solo permite transportar hasta 15 millones. La diferencia es significativa y requiere medidas urgentes para evitar un nuevo colapso en plena temporada invernal.
En paralelo, los yacimientos locales de la Cuenca Noroeste no logran cubrir el déficit, lo que deja en evidencia la importancia de una conexión operativa con Vaca Muerta. Sin definiciones claras, la región norte vuelve a enfrentarse a una situación crítica de abastecimiento, como en inviernos anteriores.
Mientras tanto, las obras complementarias en las plantas de Córdoba, Santiago del Estero y Salta siguen sin finalizar. Las autoridades aún no confirman fechas concretas para su puesta en marcha, lo que prolonga la incertidumbre sobre el futuro energético del NOA en esta etapa clave del año.