En un inusual despliegue policial, efectivos de la Policía Federal y Gendarmería Nacional irrumpieron en el acto de militantes de izquierda en Plaza de Mayo durante las conmemoraciones por el Día del Trabajador. A pesar de que el evento había transcurrido pacíficamente, la presencia policial provocó momentos de máxima tensión.
El operativo durante el día del trabajador, que incluyó la aplicación del protocolo antipiquetes, fue calificado como una demostración de fuerza innecesaria por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Esta acción contrastó con la movilización de la Confederación General del Trabajo (CGT), donde no se implementaron medidas similares.
La diputada Myriam Bregman, presente en el acto, cuestionó la actuación policial y negoció con los jefes policiales para lograr una desconcentración pacífica de los manifestantes.
El despliegue de efectivos de infantería y policía motorizada, durante la manifestación por el día del trabajador, acompañados de camiones hidrantes, generó más de 20 minutos de tensión y resultó en el corte total de la circulación vehicular en la zona.
A pesar de ello, la intervención policial fue criticada, ya que se consideró desproporcionada y prematura.