En momentos de elevadas temperaturas, el aire acondicionado es una gran opción. Sin embargo, junto con el alivio térmico, muchas veces surge la duda sobre si el aire acondicionado hace que el coche gaste más combustible.
La respuesta corta es que sí, aunque el impacto no siempre se da de la misma forma ni es tan elevado como se cree.
El consumo extra depende de varias cuestiones: si se maneja en ciudad o en ruta, si el vehículo es más liviano o pesado, e incluso del estado del sistema de aire acondicionado y sus filtros.
A su vez, el impacto del AC se suma a otras cuestiones, como paradas frecuentes, tráfico denso, climatización en días de mucho calor, y hasta la calidad del combustible, que pueden ocasionar que el gasto se sienta más.
Por lo tanto, conocer en detalle cuánto gasta el aire acondicionado, en qué momento usarlo menos y cómo disminuir ese impacto ayuda a ahorrar dinero y alargar la vida útil del vehículo.
La verdad del aire acondicionado del vehículo: ¿gasta más combustible?
Diversos estudios confirman que el uso del aire acondicionado sí eleva el consumo de combustible, aunque el impacto depende del contexto.
De acuerdo al Departamento de Energía de los Estados Unidos, en tráfico urbano con muchas paradas y el aire al máximo, el gasto de gasolina puede aumentar entre un 20 y 25%.
En cambio, si se circula a velocidad moderada en autopista, la diferencia suele ser menor, con un incremento de entre 6 y 10 %. El escenario más exigente se da cuando el vehículo permanece en ralentí, con el motor encendido, pero funcionando a muy bajas revoluciones, con el AC encendido, ya que en esa condición el sistema puede llegar a duplicar el consumo respecto de tenerlo apagado.
Los motivos por los que gasta más
El aire acondicionado aumenta el consumo de combustible por varias razones. La principal es que el compresor del sistema añade una carga extra al motor, que debe trabajar más para mantener el rendimiento. A esto se suma que un mantenimiento deficiente, con filtros obstruidos, fugas de refrigerante o ventiladores sucios, reduce la eficiencia y obliga al equipo a consumir más energía para lograr el mismo enfriamiento.
También influye la temperatura inicial del habitáculo. Cuando el coche arranca muy caliente, el aire acondicionado debe funcionar más tiempo al máximo hasta estabilizar la cabina. A su vez, existe un factor aerodinámico a considerar: viajar con las ventanas abiertas incrementa la resistencia al viento.
Eso puede elevar el gasto de combustible, sobre todo en carretera, llegando en ocasiones a ser incluso menos eficiente que usar el AC con el vehículo cerrado, según análisis de portales como auto.edu.
Cómo minimizar el gasto
Para minimizar el gasto en combustible, se debe tener en cuenta lo siguiente:
Arrancar con las ventanas abiertas por unos minutos para ventilar el auto antes de poner el AC al máximo
Usar el AC en modo de recirculación de aire (cuando tenga esa función) para no estar enfriando siempre aire nuevo caliente
Mantener filtros limpios, revisar que no haya fugas ni fallas, y que los ventiladores funcionen óptimamente
Moderar la temperatura: no ponerlo al mínimo si no hace falta, bajarlo hasta un punto razonable
Por último, en autopista, usar AC puede ser más eficiente que andar con ventanas abiertas, pero en ciudad es mejor usarlo lo mínimo necesario. /iProfesional