Esta semana nadie cocina para los 320 chicos de la escuela Tambor de Tacuarí, de Coronel Juan Solá, Morillo. Es que su director, Daniel Zacarías, fue denunciado por los padres de los alumnos de las cuatro comunidades wichis que concurren a esa escuela por malgastar o no gastar los fondos del comedor escolar en alimentos, que son unos $14.000 por día o $280.000 por mes. Se quejaron de las repetidas sopas de frangollo, de la polenta y de los guisos de fideo y arroz sin carne que reciben sus hijos, todos indígenas, pobres, vulnerables, malnutridos, para quienes el comedor es el alma de la escuela, a donde llegan con la mente perturbada por el hambre.
El Ministerio de Educación de Salta tomó intervención en el drama planteado por los padres y, a pedido de ellos y por las pruebas obrantes, desplazaron de su cargo a Zacarías, pero como si estuviese blindado por alguna fuerza poderosa, y a pesar de lo mucho que tendrían que investigarlo por sus manejos de los fondos públicos durante una década, le están dando la chance, el premio, la oportunidad de jubilarse como director de la escuela Tambor de Tacuarí, institución a la que dejó literalmente destruida y sin clases, culpando además de todos los males de la institución a los ministerios de Infraestructura y de Educación de la Provincia.
La docente que estará al frente de la escuela es Norma Calvo, quien fue nombrada como "suplente" y no como "interina", y es justo ese detalle el que le dará a Zacarías la tregua que necesita para jubilarse como un director al no ser desplazado de su cargo de director interino por Calvo.
El mundo es un pañuelo...
Pero esta historia tiene ribetes insospechados. Cuando los padres de los alumnos elevaron una nota al Ministerio solicitando la separación del cargo de Zacarías, también pidieron que se fuera de la escuela su esposa, la docente Marisa Torres, cuyos antecedentes tornan inexplicable su presencia en las aulas tras ser cesanteada por la Provincia en 2011 por malversar fondos escolares entre 1995 y 1998 en la escuela de El Sauce, también de Morillo, de donde era directora.
Torres nunca pudo justificar el faltante de $10.300, que en esa época tenían el mismo valor en dólares (uno a uno).
Fue separada de su cargo en 1998 tras ser denunciada, Sin embargo siguió trabajando hasta 2011 cuando la cesantearon, 13 años después. Pero por razones inexplicables, esta cuestionada y condenada docente reapareció hace un par de años en las aulas de la escuela Tambor de Tacuarí donde casualmente su esposo, el también cuestionado Zacarías, es (o ahora era) el director.
Lo terrible, lo imperdonable de estas sociedades procaces, inmorales, desaprensivas con la salud de los niños y con los recursos estatales que provienen del aporte de todos los trabajadores argentinos, es la falta de control de las autoridades de turno en todas las épocas, y la falta de sanciones y medidas ejemplificadoras desde el Estado y la Justicia. Por eso no dejan de ocurrir estas atrocidades que tanto daño hacen.
Y esto tiene su correlato en que a Daniel Zacarías, a pesar de estar bajo la lupa, le están dando el premio de jubilarse como director de la escuela Tambor de Tacuarí; y antes, a su esposa le permitieron volver a las aulas a pesar de haber sido denunciada y cesanteada por el decreto provincial N´4960 en noviembre de 2011.
"Norma Calvo será directora suplente. No es lo que pedimos, pero entendemos que lo están premiando a Zacarías para que se jubile como director y eso es una vergüenza. Los funcionarios creen que no nos damos cuenta de sus maniobras porque somos indígenas, creen que somos tontos, pero no masticamos vidrio. Este es un premio a la estafa al hambre de nuestros hijos. Zacarías terminará impune como tantos otros directores que deberían ser investigados por el manejo que hacen de los recursos todos que reciben para sus escuelas", dijo el dirigente wichi Reinaldo Ferreira, quién es abanderado da esta lucha.
Agregó: "Acá estuvo el director de Nivel Primario de la Provincia, Jorge Correa y le presentamos una nota solicitando que se investigue al director por el manejo de los fondos del comedor, que se investiguen las facturas de los proveedores porque alguien tiene que controlar los precios y la calidad de los alimentos. Nunca una nutricionista vino a ver el menú real de los chicos, porque Zacarías pudo informar un montón de cosas gradiosas en el Ministerio pero la verdad es la realidad. El único menú verdadero es el que está malnutriendo a nuestros hijos".
Ferreira aseguró: "Fuimos nosotros los que pedimos que se investigue a Zacarías y a su esposa Marisa Torres, porque ambos están transgrediendo el estatuto docente. Queremos saber por qué los supervisores permitieron esta irregulardad sin alertar al Ministerio. Todos saben que la señora Torres fue cesanteada y sacada del sistema educativo por faltante de dinero y desmanejo de fondos. Nosotros solicitamos que esta docente sea trasladada y se investigue la causa por la que volvió a trabajar".