El Gobierno provincial enfrenta una carrera contra el tiempo para mitigar los efectos de la crecida del río Pilcomayo, en un operativo que combina logística, asistencia humanitaria y monitoreo constante. Bajo el lema "Es minuto a minuto contra el río y contra el clima", más de 500 personas de organismos provinciales y fuerzas nacionales trabajan las 24 horas para asistir a las familias evacuadas y a las comunidades que permanecen aisladas.
Tres campamentos han sido habilitados para alojar a las familias que aceptaron el traslado temporal por la crecida del Pilcomayo. En La Curvita, 400 personas encuentran refugio, mientras que el albergue estudiantil San Ignacio Loyola alberga a 70. Además, la escuela de La Curvita fue acondicionada como centro operativo de salud para atender a 78 personas con necesidades médicas o sanitarias.
El ministro de Desarrollo Social, Mario Mimessi, junto al ministro de Seguridad y Justicia, Gaspar Sola, coordina las acciones desde la base operativa instalada en el paraje El Rosado. "El Gobierno está presente en todas sus áreas", afirmó Mimessi, destacando el trabajo dinámico que incluye el traslado de módulos alimentarios en gomones hacia zonas inaccesibles por tierra, como Misión La Paz, donde la ruta 54 está cortada.
Sin embargo, el clima sigue siendo un desafío. Las lluvias persistentes, especialmente en territorio boliviano, complican las tareas de asistencia debido a que sigue creciendo el río Pilcomayo. Mimessi hizo un llamado a las comunidades que se resisten a evacuar: "Estamos esperando que las condiciones climatológicas nos permitan hacer la asistencia aérea para llegar a los parajes más aislados".
El operativo no solo busca garantizar alimentos, agua potable y atención médica, sino también brindar acompañamiento psicológico y social a través de un equipo de profesionales. La situación, marcada por la incertidumbre climática, exige un esfuerzo coordinado y constante para proteger a los pobladores del norte provincial.