La discusión sobre el federalismo y los recursos volvió al centro del debate en Salta, donde Pablo Outes señaló que las regalías actuales son insuficientes para atender las necesidades de las comunidades. La caída en el precio internacional del litio agravó la situación, dejando en evidencia que el sector minero no está aislado de las fluctuaciones globales y que la provincia requiere acompañamiento real del Gobierno Nacional.
En este escenario, Pablo Outes planteó en la Comisión de Minería que urge que la Nación apruebe los proyectos pendientes y defina políticas concretas para sostener la inversión. La falta de medidas ha generado una merma de hasta un 2% en la demanda de mano de obra, lo que afecta directamente a los trabajadores salteños y muestra la vulnerabilidad del sector frente al mercado.
El problema no solo radica en la baja de ingresos, sino en el impacto social y territorial que sufren las comunidades cercanas a los yacimientos. Sin un marco legislativo nacional que garantice equidad en el reparto, la minería corre el riesgo de transformarse en un castigo más que en un beneficio. El federalismo, en este sentido, aparece como la herramienta indispensable para evitar nuevas desigualdades regionales.
Pablo Outes advirtió que las provincias aportan recursos estratégicos al país, pero que sin respaldo en infraestructura y desarrollo se profundiza la brecha con los grandes centros urbanos. La ausencia de una mirada nacional hace que las comunidades mineras carguen solas con los costos ambientales y sociales, sin recibir una compensación proporcional a lo que producen.
Desde Salta, la advertencia es clara: la minería debe convertirse en una oportunidad de crecimiento y no en un problema estructural. Para ello, se necesita un esquema de federalismo sólido, en el que la Nación asuma un rol activo. De lo contrario, la riqueza natural seguirá generando tensiones en lugar de transformarse en bienestar sostenible para quienes viven en las zonas productoras.