Este martes, el sistema carcelario se vio en shock tras el fallecimiento de un preso en el Centro de Contraventores de la ciudad de Salta. Según los primeros informes arrojados por la investigación de la policía científica, el recluso habría atentado contra su propia vida y se habría ahorcado con sus prendas de vestir.
El hecho ocurrió en la madrugada del lunes 17 en el interior de una celda donde el sujeto de 30 años quien había sido detenido y aguardaba tras las rejas la resolución de su situación procesal. Al momento del terrible hallazgo, la policía científica habría constatado que se trató de un suicidio ya que se encontraba solo en el calabozo.
Tal y como indica el protocolo del sistema de seguridad ante muertes de esta índole, el cuerpo fue retirado del lugar y trasladado a la morgue para que se le realice la autopsia correspondiente. Asimismo, el personal policial notificó a la familia, quien reconoció el cuerpo y realizaron los trámites del deceso.
No obstante, los peritos de criminalística continúan investigando las causas de este hecho para determinar si existió algún tipo de negligencia policial que tuvo como desencadenante que se produzca la muerte de un preso en una dependencia salteña. El Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y la fiscalía intervino de inmediato en este caso.
La comunidad carcelaria no sale del asombro tras este fallecimiento. Nuevamente, se abre un camino hacia la problemática de salud mental a la que se enfrentan decenas de reclusos, quienes no cuentan con oportunidades de reinserción y se mantienen en la absoluta marginalidad, formando parte de un sistema que los excluye y los estigmatiza. La falta de políticas carcelarias y de medidas de seguridad para prevenir estos episodios sigue siendo una problemática latente en pleno 2025.