La Ruta Nacional 34 atraviesa el norte provincial como una arteria vital para el transporte terrestre, pero también como un punto crítico debido a su estado de infraestructura y mantenimiento. Conductores que transitan diariamente por esta vía han levantado fuertes reclamos debido a las condiciones peligrosas que presenta.
Desde el sur del territorio salteño hasta el norte, la Ruta Nacional 34 gestionada por la empresa estatal Corredores Viales ha sido objeto de múltiples denuncias judiciales y fallos adversos, principalmente en el tramo de Cabeza de Buey, donde el cobro de peajes es cuestionado por los usuarios. La insatisfacción persiste entre los conductores, quienes argumentan que pagan por servicios que no se reflejan en la mejora de la ruta.
En la zona norte de la provincia, entre el río Bermejo y Salvador Mazza, la carretera presenta condiciones igualmente precarias. A pesar de no contar con una concesión de peaje, la vía enfrenta serios problemas de mantenimiento que han resultado en accidentes casi cotidianos. La falta de inversiones en infraestructura se refleja en un asfalto deteriorado que pone en riesgo la seguridad de quienes la utilizan.
En los barrios como Cooperativa y Rufino Castañeda, cuyas salidas principales dependen de la Ruta Nacional 34, la situación es aún más complicada. Los residentes se encuentran a merced del intenso tráfico y son testigos de maniobras arriesgadas por parte de conductores imprudentes, exacerbando los problemas de seguridad en la zona.
Como medida paliativa, las autoridades locales han ajustado los tiempos de los semáforos en el cruce con la ruta provincial 12 para mejorar el flujo vehicular. Sin embargo, estas acciones no resuelven los problemas de fondo. Se requiere una inversión significativa en infraestructura, como la construcción de circunvalaciones o la ampliación a múltiples carriles, para abordar de manera efectiva los desafíos que enfrenta la ruta nacional 34 en General Güemes.